Por qué Israel acordó un alto el fuego en Líbano pero sigue la guerra en Gaza
Israel y Líbano sellaron un acuerdo de alto el fuego para poner fin a los combates entre el ejército israelí y Hezbolá.
Lo anunció el martes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una intervención especial desde la Casa Blanca.
«Los combates terminarán. Esto está diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades«, indicó el dirigente estadounidense, y aseguró que los civiles desplazados de ambos lados podrán regresar pronto de forma segura a sus comunidades.
El gobierno de EE.UU. participó en las negociaciones para alcanzar el acuerdo que entró en vigor a las 4:00 hora local de este miércoles (2:00 GMT).
Durante los siguientes 60 días Israel retirará gradualmente sus fuerzas restantes, mientras EE.UU. y sus aliados se comprometieron a trabajar con los gobiernos de ambos países para asegurar la aplicación plena del acuerdo.
Desde el 7 de octubre del año pasado, Israel libra una guerra en dos frentes: contra Hezbolá en Líbano y contra Hamás en Gaza, que sigue su curso sin un armisticio a la vista a corto plazo.
Preguntamos a los corresponsales de la BBC en la región por qué se ha declarado un alto el fuego en Líbano pero aún no en Gaza, y cómo se ha llegado a este punto.
Carine Torbey, corresponsal del Servicio Árabe de la BBC en Beirut
Existen marcadas diferencias en el modo en que Israel ha enfrentado a sus dos principales adversarios regionales: Hamás en Gaza y Hezbolá en Líbano.
Mientras Gaza forma parte de una entidad bajo ocupación israelí, Líbano es un Estado soberano, aunque estuvo ocupado por Israel hasta que la resistencia de Hezbolá y otros factores lo obligaron a retirarse.
Pese a sus enormes capacidades militares y su supremacía en el aire, Israel ha sufrido en su operación terrestre en Líbano. Tras casi dos meses, no ha logrado controlar las ciudades del sur ni neutralizar la capacidad de lanzamiento de cohetes de Hezbolá en el norte.
Hezbolá también ha extendido sus ataques hacia el interior de Israel, perturbando la vida en las principales ciudades del país y causando víctimas.
Esto ocurre mientras el ejército israelí sufre un número creciente de bajas en el sur de Líbano.
Israel tampoco ha podido crear las condiciones para el regreso de sus residentes desplazados al norte, lo que podría haber jugado un papel importante a la hora de convencer al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de aceptar un alto el fuego con Hezbolá.
A esto hay que añadir el agotamiento del ejército israelí y los efectos políticos y económicos de tener que atraer a cada vez más reservistas al conflicto.
Leila Nicolas, autora de Estrategias globales y regionales en Medio Oriente, también cree que «los israelíes no tienen un plan claro para el día siguiente en Gaza».
Añade que esto es algo que podría prolongarse hasta que Donald Trump se convierta en presidente de Estados Unidos en enero.
Por el contrario, ya existe un marco claro para el acuerdo en Líbano, que es la base sobre la que se han negociado los términos del alto el fuego.
Se basa en la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006.
Fuente: BBC MUNDO