Imbabura inicia el feriado con vías bloqueadas y sin señales de diálogo tras 18 días de paro

Imbabura llega al feriado del 9 de octubre de 2025 completamente paralizada: sin transporte, con bloqueos en casi todas las vías y sin señales de diálogo que permitan una salida al paro, que ya supera las dos semanas.
Imbabura inicia este feriado de cuatro días, desde el 9 de octubre de 2025, prácticamente paralizada. La provincia cumple 18 días consecutivos de paro, con la mayoría de sus vías bloqueadas, sin transporte interprovincial y sin señales de acercamiento entre el Gobierno Nacional y las organizaciones indígenas que lideran las protestas.
La situación ha dejado a la provincia aislada del sur del país y con un panorama cada vez más tenso en el inicio del feriado por la Independencia de Guayaquil.
Hasta las primeras horas de este jueves, el ECU-911 reportó cierres en casi todos los ejes viales principales. En el norte, la conexión entre Natabuela, Antonio Ante e Ibarra permanecía cerrada a la altura del semáforo de Natabuela, mientras que la vía Antonio Ante–Otavalo–Ibarra también sigue bloqueada en el sector de San Roque. En la zona entre Otavalo y Cotacachi, varios tramos estaban interrumpidos por escombros en Carabuela, Pinsaquí y el partidero de Cotacachi. La ruta Otavalo–González Suárez se mantenía cerrada en varios puntos, entre ellos San Rafael, Espejo y La Magdalena.
En el occidente, la vía Ibarra–Imbaya–Urcuquí permanecía cerrada a la altura de Coñaquí, y el ingreso hacia Quiroga–Selva Alegre también está bloqueado. Incluso la ruta Zuleta–Rumipamba, que conecta Ibarra con Olmedo y Cayambe, se mantiene cerrada en el barrio San Francisco y el puente de Rumipamba. A esto se sumó un deslizamiento de tierra que impidió el paso entre Salinas y Lita, en el noroccidente.
La única circulación posible se mantiene hacia el norte, por las rutas que conectan con Carchi y Esmeraldas, donde el ECU-911 no reporta manifestaciones ni cierres. Sin embargo, los viajes son escasos: las terminales terrestres de Ibarra, Otavalo y Cotacachi lucen sin movimiento desde hace más de dos semanas. Los buses permanecen estacionados, las boleterías sin actividad y los pasajeros sin opciones para trasladarse hacia Quito u otras provincias del centro del país.
Este panorama mantiene incomunicada a gran parte de Imbabura y ha agudizado el impacto en sectores productivos, turísticos y comerciales, que ya reportan pérdidas millonarias.
Desde las cámaras de comercio y asociaciones artesanales se advierte que el feriado, que suele ser una de las temporadas del año que en algo aliviaba el turismo interno, no representará ningún respiro económico. Los hoteles están vacíos, los restaurantes trabajan con los insumos escasos y las reservas de visitantes nacionales y extranjeros fueron canceladas prácticamente en su totalidad.
“El feriado nos encuentra sin turistas, con carreteras cerradas y con miedo de salir a trabajar”, lamentó un representante del sector turístico de Cotacachi, quien afirmó que las expectativas son “las peores en años”.
Desde las organizaciones que lideran las protestas, como la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi (Unorcac) y la Federación Indígena y Campesina de Imbabura (FICI), se ha insistido en que las movilizaciones se mantendrán e incluso podrían radicalizarse en los próximos días.
Sus dirigentes han advertido que podrían tomarse ciudades como Ibarra durante el feriado, si no existen respuestas a sus demandas, centradas en la eliminación del subsidio al diésel y la liberación de los detenidos durante las protestas.
Mientras tanto, el ambiente en la provincia se mantiene tenso. En Ibarra, militares y policías patrullan constantemente el centro histórico y zonas comerciales, para evitar incidentes, mientras comerciantes y productores denuncian presiones, amenazas y dificultades para operar.
“No se puede trabajar, hay bloqueos por todos lados y los proveedores no llegan”, explicó una comerciante del mercado Amazonas.
En Antonio Ante, Cotacachi y Otavalo la situación es peor. En estos cantones, la actividad diaria de las personas prácticamente se ha reducido a no salir de sus casas, donde han denunciado que los manifestantes les obligan a cerrar negocios si abren, les pinchan las llantas de los carros o les amenazan con agredirlos si no se suman a las protestas.
Por su lado, el Gobierno Nacional, hasta ahora, no ha anunciado una mesa de diálogo formal con los dirigentes provinciales ni nacionales, mientras el desgaste social se siente con más fuerza cada día, donde los pobladores viven en medio de escasez de productos básicos, retrasos en pagos y un creciente clima de incertidumbre que amenaza con extender la crisis más allá del feriado. (FV)
Fuente: La Hora