Ecuador cubrió su gasto público con deuda interna ante el escaso crédito externo que llegó entre enero y mayo de 2025

Entre enero y mayo de 2025, Ecuador recibió $134 millones en créditos externos. Para acceder a los $1.250 millones pendientes del FMI este año, el Gobierno de Daniel Noboa debe aplicar un ajuste fiscal profundo, reformar el sector petrolero y ordenar sus finanzas públicas.
Entre enero y mayo de 2025, Ecuador apenas recibió $134 millones en créditos externos. De ese monto, de acuerdo con el Observatorio de la Política Fiscal, $126 millones provinieron de organismos multilaterales —Banco Mundial ($46 millones), CAF ($18 millones), BID ($14 millones) y otros ($47 millones)—. La cifra palidece frente a los más de $4.200 millones que el Gobierno consiguió en el mismo periodo a través de deuda interna, mayoritariamente con entidades como el IESS.
Este fuerte desequilibrio, que mermó las reservas internacionales tras pagos por $2.366 millones en deuda externa, revela una realidad incómoda: Ecuador está sobreviviendo con financiamiento doméstico de corto plazo y necesita desesperadamente que se destraben los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros multilaterales.
Desembolsos del FMI: el reloj corre para el Gobierno de Daniel Noboa
En 2025 están previstos tres desembolsos del FMI por un total de $1.250 millones bajo el programa vigente de Facilidad de Servicio Ampliado. El primero —por más de $400 millones— debió concretarse en abril. Sin embargo, la incertidumbre política y electoral retrasó las evaluaciones técnicas.
Ahora, con Daniel Noboa ya posesionado como presidente reelecto hasta 2029, la presión aumenta: el Gobierno necesita cumplir compromisos estructurales para que el dinero del FMI —y de otros multilaterales— fluya. El respaldo del mercado depende de ello. Prueba de esto es la baja en el riesgo país, de 1.082 a 942 puntos, luego del anuncio de medidas económicas el pasado 2 de junio.
Ajuste fiscal: lo hecho y lo pendiente para el Gobierno de Daniel Noboa
El FMI reconoció avances del Gobierno ecuatoriano, especialmente en el cumplimiento de metas fiscales hasta agosto de 2024 (primera revisión del acuerdo vigente con este multilateral), el aumento de reservas internacionales y una reforma tributaria que incluyó la subida del IVA al 15% e impuestos temporales. Sin embargo, considera que lo hecho no es suficiente.
Las medidas anunciadas en junio de 2025 —principalmente ajustes en los sectores eléctrico, minero y pesquero para recaudar $527 millones (0,5% del PIB)— están lejos del ajuste de al menos 2% del PIB que exige el FMI. Y si el precio del petróleo sigue bajando, el esfuerzo podría subir hasta el 2,5%, es decir, entre $2.500 y $3.100 millones adicionales.
Las condiciones del FMI: una hoja de ruta exigente para el Gobierno de Daniel Noboa
Para cumplir con el FMI y acceder a más desembolsos, Noboa debe avanzar en una agenda económica ambiciosa:
1. Reforma tributaria permanente: Sustituir impuestos temporales por ingresos sostenibles. Según Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, eliminar exenciones fiscales puede generar al menos $1.000 millones adicionales.
2. Reducción del subsidio al diésel: Ecuador gasta entre $1.500 y $2.000 millones al año en subsidiar el diésel. Eliminarlo progresivamente —con compensación social— permitiría ahorrar al menos $1.000 millones.
3. Recorte del gasto corriente: Se estima necesario un ajuste de al menos $500 millones en salarios, contrataciones temporales y otros rubros. El Gobierno no ha presentado hasta el momento un plan al respecto.
4. Reestructuración de la deuda con el IESS: La deuda histórica supera los $24.000 millones. Si se pagara en 10 años, demandaría más de $2.400 millones anuales. Un acuerdo técnico y financiero es imprescindible.
5. Reformas al sector petrolero: Petroecuador apenas invirtió $32 millones en 2024. Se requiere atraer inversión privada, mejorar la eficiencia operativa y revisar los subsidios. Además, avanzar en el cierre del campo ITT compensando con mayor producción en otros bloques.
6. Estabilidad financiera y desarrollo del mercado de capitales: El país necesita una regulación bancaria más sólida, mejores mecanismos de resolución y más liquidez en el mercado interno de deuda.
7. Reformas estructurales y laborales: Se espera una nueva propuesta de reforma laboral que fomente la formalización, aumente la participación femenina y juvenil en el mercado, y flexibilice contrataciones.
8. Sostenibilidad climática y energética: Implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, invertir en energía renovable y emitir bonos verdes.
Un gasto público rígido, sin espacio para la inversión en Ecuador
Según Carrera, el gasto público entre enero y mayo de 2025 se destinó casi exclusivamente a sueldos, bonos sociales, transferencias al IESS y Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD), e intereses de deuda. La inversión pública fue casi nula. A pesar del aumento del IVA y otros ingresos temporales, el déficit ya alcanzó los $1.529 millones. Si se mantiene la tendencia, podría cerrar el año en $5.500 millones.
La posibilidad de aumentar la inversión pública sin empeorar el desequilibrio fiscal parece remota, de acuerdo con Carrera. En cinco años, la inversión promedio del Presupuesto General del Estado apenas superó los $540 millones anuales. La única vía para impulsar el crecimiento económico sería atraer inversión privada —interna y externa— mediante alianzas público-privadas y concesiones.
El reto de fondo para Noboa: credibilidad, sostenibilidad y reformas estructurales
El Gobierno de Noboa tiene ante sí una disyuntiva: profundizar las reformas para ganar credibilidad y sostener el financiamiento, o continuar con parches fiscales y depender de deuda interna cara e insostenible. “Sin acceso a recursos frescos del FMI y otros multilaterales, el riesgo de crisis fiscal se incrementa”, apunta Andrés Rodríguez, economista.
La ventana para actuar no está cerrada, pero sí se estrecha. Las señales iniciales han sido bien recibidas, pero lo que el FMI —y el país— esperan es una acción sostenida. Y, como dice Carrera, “para salir del deterioro fiscal no basta con más ingresos, sino con un rediseño profundo de cómo se gasta y en qué se invierte”. (JS)
Fuente: La Hora