Las muertes violentas golpearon a Ecuador con 10.630 en 2025
Las cifras de Fiscalía arrojan datos alarmantes sobre la ola de violencia creciente en Ecuador. Desde 2018 suman 40.305 asesinatos. Expertos catalogan a 2025 como el año más violento y que se ha dado bajo operaciones en combate al crimen organizado.
Los índices de violencia para Ecuador son alarmantes, pues han ido en aumento, según lo confirman los datos. De acuerdo con cifras de la Fiscalía, en 2025 se registraron 10.630 muertes violentas con corte al 30 de noviembre de este año. La institución clasifica estas muertes violentas por asesinato con 8.606, por sicariato con 43 y por homicidios con 1.981.
La información de Fiscalía detalló que Guayas es la provincia más golpeada por la violencia, ya que agrupa 5.469 muertes violentas, seguido de Manabí con 1.299, luego están Los Ríos con 1.096 y El Oro con 757 casos.
Las cifras evidencian que desde 2020 inició una escalada de violencia en Ecuador. Estadísticas de la Fiscalía muestran que de 2018 a 2025 hubo 40.305 asesinatos. La Fiscalía muestra datos analizados desde el 1 de enero de 2018 hasta el 30 de noviembre de 2025, ahí se señala que en 2022 hubo 6.652 muertes violentas; en 2023, 10.867; en 2024, 9.596; y en 2025, 10.630.
Las alertas también se han dado desde organismos internacionales, pues el 11 de diciembre de 2025, la organización Proyecto de Ubicación y Datos de Eventos de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés) publicó información sobre los países más peligrosos en 2025 a nivel global. En el sexto puesto de diez países del listado, se ubicó a Ecuador.
El informe destaca que “la violencia de pandillas impulsó el conflicto en Brasil, Ecuador, Haití y México, que se encuentran entre los 10 países con mayor violencia del mundo”
Y se destaca que Ecuador subió al puesto 6 porque más de 50 grupos armados participaron en actos violentos en los últimos 12 meses, incluidas alrededor de 40 pandillas. “Más de la mitad de estas pandillas participaron en más de 2.500 ataques contra civiles”.
“Lamentablemente, Ecuador ha batido su propio récord como el año más violento de toda su historia”, recalcó la experta en seguridad y docente universitaria, Lorena Villavicencio.
Carlos Bravo, gerente de Panóptico y parte de la red de expertos en crimen organizado, destacó que en 2025 ha habido un incremento exponencial en cuanto a muertes violentas, porque “hasta noviembre hemos superado el 2023, que fue el año más violento que registró el país. Lo que es un dato más que alarmante, ya que en 8 años, el país se convirtió entre 6 o 7 veces más violento”.
Según consta en el decreto ejecutivo 110 firmado en enero de 2024 por el presidente, Daniel Noboa, Ecuador cerró 2023 con 8.008 homicidios intencionales, por lo que en 2025 el país aumentó la cifra.
¿Por qué la violencia aumentó en 2025?
La criminóloga Daniela Valarezo dijo que hay muchas razones para que la violencia se haya incrementado en el país. Por lo que indicó que la forma en la que se cometen los delitos ha cambiado. Por ejemplo, “el valor de la cocaína ha bajado por kilo, y para la venta de la cocaína en mercados internacionales, aunque es rentable para las organizaciones criminales el transporte de droga desde los puertos ecuatorianos, para el delincuente que se encarga de cometer los delitos en el territorio ecuatoriano es mucho más rentable, económicamente, cometer un sicariato o un secuestro extorsivo porque los ingresos son mucho más altos que la venta de cocaína”.
Para Villavicencio, las políticas de mano dura no son sostenibles a largo plazo y recordó la ola de violencia a inicios de 2024 con la toma del grupo armado a TC Televisión, lo que desencadenó la declaratoria de conflicto armado interno “fueron decisiones en un contexto reactivo. De ahí hasta acá hemos visto una acción de respuesta, si analizamos lo que pasa en Latinoamérica sobre políticas de mano dura, que sí generan resultados, pero si la fuerza pública no viene acompañada de una respuesta a los temas sociales no voy a tener resultados a largo plazo sostenibles”.
Bravo coincide en que “las acciones y operaciones reactivas generan más violencia”. Aunque recalca que, “en general sí hay un mayor accionar delictivo, por ejemplo, la entrada de mafias balcánicas. Entonces, tenemos disputas por territorio y la fragmentación que hubo en el crimen organizado, a partir de la muerte de alias Rasquiña, derivó en lo que tenemos ahora como el control territorial de distintas organizaciones”.
Daniela Valarezo menciona a 2025 como el año más violento para el país, con una característica que antes no se veía que es el año con más decretos ejecutivos al respecto de la lucha contra el crimen organizado.
Así también, Lorena Villavicencio dice que en 2025 hubo un escenario diferente a 2023, que en su momento también fue catalogado como el año más violento en la historia de Ecuador, porque los militares ingresaron al combate a la violencia y que en 2024 se dio la declaratoria del conflicto armado interno.
Retos para enfrentar la violencia en 2026
El experto en crimen organizado cree que se deben aplicar varias medidas en distintas esferas, aunque destaca que lo más importante es comenzar con restablecer el sistema de justicia. También, Carlos Bravo insiste en que hay que controlar las fronteras, trabajar con los municipios, fortalecer los barrios, trabajar en prevención de delitos y controlar las cárceles porque son “los centros logísticos del crimen organizado”.
Por su parte, Valarezo asegura que no hay una política criminal en el país y que es necesaria. “Hay que dejar de improvisar en las medidas que se toman en cuanto a la violencia y seguridad del país”, dice.
Lorena Villavicencio aseguró que el Estado tiene temas que plantearlos como eje para 2026 como el control de fronteras y puertos, “recordando que Guayaquil es el sexto puerto más grande de la región, porque si estamos en una economía contraída, adquirimos préstamos internacionales hay que pensar que Ecuador se sostiene de esa economía exportadora y tiene que tener sus puertos controlados”.
La docente también afirma que el Estado necesita políticas a largo, mediano y corto plazo, lo que implica que haya un trabajo con la sociedad para gestar todo el proceso de seguridad y saber cuáles son las necesidades de la población sumado los índices de empleo y subempleo. (PSR)
Fuente: La Hora
