¿Por qué el dinero del Estado nunca alcanza?

El presupuesto 2025 repite errores del pasado, como ingresos irreales, gastos sin financiamiento y deudas que crecen como una bola de nieve. El economista Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, muestra
cómo est
Imagínese que en su casa se arma un presupuesto familiar. Usted anota que el próximo mes entrarán $500 de un trabajo extra que todavía no tiene, $200 de una rifa que espera ganar y otros $300 que le promete un amigo que nunca cumple. Con esa “plata futura” usted planifica comprar medicinas, pagar la pensión de la escuela de sus hijos y arreglar la casa. Pero, al final, ese dinero nunca llega, y se enfrenta a la disyuntiva de endeudarse más o no gastar todo lo que pensaba.
Así, tal cual,
Fuenrwfunciona el presupuesto del Ecuador: un plan lleno de ilusiones que cada año repite los mismos errores, sin importar quién gobierne.
Un presupuesto estatal que no se siente en la vida diaria
El presupuesto 2025 supera los $33.000 millones, pero eso no significa que los ciudadanos lo vean en mejores servicios. Al contrario: trabajadores de limpieza y seguridad de hospitales como el de Calderón en Quito han hecho hasta plantones reclamando que llevan 9 meses sin cobrar sus sueldos, los pacientes no acceden a todas las medicinas que necesitan y las carreteras del país siguen deterioradas.
“Es una proforma hecha con ingresos inventados y gastos disfrazados, que no tiene sustento técnico ni financiero”, advierte Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal. El resultado es el mismo de siempre: un Estado que promete mucho, pero paga tarde y mal.
Los errores más comunes del presupuesto estatal en Ecuador:
1. Aumentos en el gasto que nunca se concretan. En el papel, Educación recibe $1.845 millones más y Salud $2.172 millones adicionales. Pero ese incremento está atado a ingresos ficticios de concesiones petroleras. Carrera lo llama un “engaño secular”: “Se anuncian aumentos año tras año, pero al final se recortan porque el dinero nunca entra”.
2. Sueldos y deudas escondidas. Aunque se habla de austeridad, en 2025 los sueldos estatales crecen en $238 millones y los bienes y servicios en $336 millones. Al mismo tiempo, las transferencias al IESS están subestimadas: en 2024 se transfirieron $2.991 millones, pero en 2025 solo se presupuestan $2.662 millones, disfrazando atrasos de acuerdo con Carrera.
3. La bola de nieve de los intereses. El Estado destinará $4.038 millones al pago de intereses de la deuda en 2025, $555 millones más que en 2024. Cada vez más impuestos se usan para pagar deuda y no para servicios o inversión.
4. Ingresos irreales: El Gobierno espera recibir casi $4.000 millones por anticipos de concesiones petroleras en apenas cuatro meses, más $750 millones por concesionar el OCP y $460 millones por el espectro de telefonía. “Es una ofensa al sentido común suponer que en cuatro meses van a ingresar casi $4.000 millones por concesiones petroleras”, afirma Carrera. “Eso no son ingresos, es humo”.
5. Los atrasos, la deuda oculta que nunca aparece. En agosto, el déficit oficial era de $1.974 millones. Pero al sumar pagos omitidos, como los $291 millones que se deben a municipios, el hueco real llega a $2.265 millones. Además, el Estado acumula $3.740 millones en cuentas por pagar, una especie de deuda escondida que significa proveedores impagos, municipios sin transferencias y hospitales sin recursos para operar.
En una reciente entrevista pública, recogida por LA HORA, la ministra de Economía, Sahira Moya, aseguró que los atrasos están bajo control, que se gasta en más en áreas sociales y de salud, e incluso llegó a decir que el Gobierno transfiere lo que corresponde, pero “los problemas son de gestión de hospitales y proveedores”
6. El IESS: prestamista del Estado. Para cubrir el déficit, el Gobierno echa mano del dinero de los afiliados al IESS, que ya tiene en bonos del Estado más de $13.000 millones. Esto agrava la deuda del Estado con la seguridad social y pone en riesgo la sostenibilidad de pensiones y salud. “La nociva costumbre de financiar el déficit con bonos de deuda interna” —advierte Carrera— no solo multiplica los intereses que se pagan, sino que compromete los fondos de los trabajadores”.
El plan de inversión: promesas paralizadas
El Plan Anual de Inversiones (PAI) es el corazón de las obras públicas: escuelas nuevas, carreteras, proyectos de agua potable, hospitales. En el papel, el PAI 2025 tiene más de $2.300 millones. Pero la ejecución hasta agosto es de apenas el 30%, es decir, 7 de cada 10 dólares no se han ejecutado cuando ya ha pasado más del 67% del año.
Mientras en los documentos se prometen miles de millones, el Ministerio de Energía y Minas apenas ejecutó el 6% de lo previsto; Defensa, Salud Pública e Interior se quedaron entre el 13% y el 38%.
En la práctica, esto significa obras que no arrancan, proyectos paralizados y carreteras que siguen deterioradas.
Deuda creciente y caminos opuestos con el FMI
El financiamiento del presupuesto se sostiene en más deuda: $11.440 millones en 2025, de los cuales $6.400 millones son deuda interna, principalmente con el IESS.
Mientras tanto, el acuerdo con el FMI pide que Ecuador pase de déficit en 2025 a un superávit en 2028. Pero la proforma del Gobierno proyecta déficits de más de $5.500 millones cada año hasta 2028.
“La sola comparación de estas rutas contrapuestas evidencia la liviandad y poca responsabilidad que encarna la gestión de las finanzas públicas”, subraya Carrera.
Intertítulo
¿Por qué no se cumple?
La respuesta está en la estructura misma del gasto: gran parte se va en salarios, deuda e intereses, mientras los supuestos aumentos en Salud, Educación e Inversión están atados a ingresos inexistentes. Al final, el dinero real no alcanza.
Por eso, aunque el presupuesto hable de miles de millones, lo que ven los ecuatorianos es otra cosa: hospitales sin medicinas, profesores con aulas vacías de recursos, municipios sin plata para reparar calles y carreteras que parecen abandonadas.
“Las nocivas conductas fiscales se han tornado parte del paisaje nacional, aceptadas como la normalidad por la mayoría de la sociedad”, concluye Carrera. (JS)
as prácticas afectan al ciudadano.
Fuente: La Hora