Pagar la deuda pública será uno de los principales ‘dolores de cabeza’ para el próximo presidente de Ecuador

Entre 2025 y 2029, el servicio de la deuda pública implicará pagos totales de casi $38.000 millones o, en promedio, $9.500 millones cada año. Eso representa tres veces más lo que se gasta anualmente en salud.
El presidente que asuma el poder el 24 de mayo de 2025 tendrá que asumir importantes pagos de deuda interna y externa en medio de la crisis fiscal que enfrenta Ecuador.
Al cierre de 2024, la deuda pública de Ecuador llegó a más de $82.000 millones, según cálculos del Observatorio de la Política Fiscal con base en la información del Ministerio de Economía.
El servicio de esa deuda pública, es decir los pagos de intereses y amortizaciones (vencimientos), llegará a casi $38.000 millones entre 2025 y 2029. Esto significa que se deben hacer pagos o desembolsos a acreedores internos y externos de, en promedio, $9.500 millones cada año.
Este servicio de la deuda representa un gasto tres veces mayor al que se presupuesta cada año para salud o casi dos veces el gasto anual en educación.
Esto, de acuerdo con Andrés Rodríguez, economista, demuestra claramente el peso y la creciente insostenibilidad de la deuda pública ecuatoriana que se lleva “miles de millones que podrían invertirse en otras cosas”.
En este contexto, sea quien sea el próximo presidente deberá mantener el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), según Rodríguez. Caso contrario se complicaría los pagos de deuda y se cerraría el flujo de financiamiento que ha estado llegando de los multilaterales.
Por eso, como ya analizó LA HORA, el resultado de la primera vuelta electoral, con una votación mayor a la esperada del correísmo y una segunda vuelta de pronóstico incierto, ha desatado la preocupación de los mercados internacionales y el desplome del precio de los bonos de deuda ecuatoriana.
“Sin apoyo de los multilaterales será imposible pagar el servicio de la deuda pública en los próximos años y Ecuador quedaría fuera de los mercados internacionales. El reto para el próximo presidente es complejo”, añadió Rodríguez.
¿Cómo evitar que el pago de la deuda ahogue a la economía ecuatoriana?
Para reducir el peso de la deuda pública en la economía ecuatoriana se necesitan acciones concretas y efectivas:
1 La situación económica de Ecuador es precaria. Lo más urgente es reactivar el crecimiento económico. Solo Argentina y Haití registraron peor desempeño en crecimiento que Ecuador en 2024.
Lo más preocupante es la fuerte contracción de la inversión en -6,6%. Por eso, como ya ha analizado LA HORA, se debe apostar a impulsar el crecimiento económico porque así la deuda, como porcentaje del PIB, se reduce y su costo no se vuelve tan difícil de pagar.
De la mano, se deben impulsar reformas estructurales para incentivar la inversión privada en sectores como la electricidad y el petróleo. Solo así se tendrán más ingresos no solo para pagar la deuda, sino para otros fines.
2 Como ha dicho Jaime Carrera, miembro del Observatorio de la Política Fiscal, se debe volver a las raíces de la dolarización y tener un manejo fiscal que elimine o reduzca gastos ineficientes, permita bajar el déficit fiscal (principal causa del endeudamiento) y generar ahorros para inversión.
“La estructura del gasto es perversa, es corriente y además es inflexible”, acotó Carrera al apuntar que, sin una reforma del Estado, Ecuador seguirá siendo un destino riesgoso para la Inversión Extranjera Directa (IED).
“Se requiere un programa fiscal serio, muy serio, de disciplina absoluta para generar confianza, que baje el riesgo país, que vengan las inversiones y el país crezca. No hay otra alternativa. En 2025 se producirá un punto de inflexión donde los ecuatorianos deberán decidir qué tipo de economía y Estado quieren tener”, concluyó Carrera. (JS)
La deuda pública se disparó en el último año
La deuda interna del Estado con el IESS aumentó de modo importante en 2024, de $9.807 millones a alrededor de $12.000 millones. Solo en 2024, el IESS compró más de $3.000 millones en bonos del Estado con los que en parte se canceló el aporte estatal del 40% al fondo de pensiones.
Asimismo, se acumularon más de $3.900 millones de atrasos con proveedores y el mismo IESS.
La deuda agregada del Sector Público no Financiero (SPNF) a diciembre de 2023 llegaba a $78.670 millones (incluyendo empresas públicas y gobiernos locales). Sin embargo, hasta finales de 2024 esta deuda llegó a superar los $82.000 millones.
La deuda externa a diciembre de 2023 era de $46.877 millones, pero en 2024 cerró en $49.500 millones. La deuda con los organismos multilaterales, que a diciembre de 2023 era de $24.565 millones, cerró 2024 en $28.000 millones.
La deuda interna que a diciembre de 2023 era de $31.793 millones cerró 2024 en unos $33.000 millones. Más del 36% de esa deuda corresponde al IESS. El resto se reparte entre bonos comprados por el sector bancario y empresarial, otras entidades públicas y los llamados convenios de liquidez en donde se extrae liquidez de empresas públicas para financiar a un Estado deficitario e ineficiente.
Esta deuda, que ya es un peso grande para el presupuesto estatal, no incluye los más de $24.000 millones de la deuda histórica con el IESS que debería pagarse desde este 2025.
Fuente: La Hora