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Imbabura: gremios advierten que el paro podría llevar a una guerra civil si el Gobierno no actúa

Gremios de Imbabura advierten pérdidas por más de $70 millones, miles de empleos en riesgo y una crisis social sin precedentes tras un mes de paralización.

Los sectores productivos y comerciales de Imbabura aseguran que viven la peor crisis de los últimos años. Con un mes de paralización y carreteras bloqueadas, las pérdidas económicas superan los $70 millones, según cálculos gremiales.

A esta situación se suman miles de empleos en riesgo y el cierre total de negocios en turismo, construcción, agricultura, textiles y comercio minorista.

“El sector comercial y productivo de Imbabura no puede pasar un día más de aislamiento, porque es insostenible”, expresó Ramiro Aguilar, presidente de la Cámara de Comercio de Ibarra, quien encabezó una reunión con los principales representantes empresariales de la provincia, tras cumplirse un mes de paro.

Los dirigentes coincidieron en que las manifestaciones, que entraron en su quinta semana consecutiva, han provocado una parálisis casi total de las actividades económicas. En Imbabura, gremios y ciudadanos denuncian escasez de alimentos, gas y combustibles, a lo que se suma una crisis social que empieza a sentirse en todos los cantones.

Pedidos de alivio financiero

En un comunicado conjunto, los gremios plantearon cinco pedidos concretos al Gobierno para superar la crisis: una definición urgente sobre la situación en Imbabura, mesas de trabajo para la reactivación, reducción temporal del IVA al 8%, créditos especiales por $50 millones y medidas inmediatas para restablecer el tránsito en la Panamericana E35.

Según Michel Saud, director de la Cámara de Comercio de Ibarra, la provincia ha perdido más de $70 millones, según las primeras estimaciones, donde solo la capital provincial (Ibarra) concentra alrededor de $40 millones en perjuicios.

En el sector textil de Antonio Antelas pérdidas bordean los $15 millones, mientras que la construcción registra entre $8 millones y $10 millones, con una paralización del 80% de las obras.

Diego Cabezas, presidente local de la Cámara de la Construcción, advirtió que están “a punto de la quiebra económica”. Explicó que más de 27.000 empleos, directos e indirectos, dependen del sector.

“Nuestra actividad tiene mucho que ver con el sector rural, por la mano de obra y los materiales. Es una situación totalmente caótica”, afirmó.

En el ámbito turístico, la situación es aún más crítica. El feriado reciente dejó una ocupación hotelera del cero por ciento, mientras los empresarios temen que el feriado de noviembre sea igual.

Estamos en terapia intensiva, pero si no se abren las vías pasaremos a liquidar la mayoría de empresas”, alertó Carlos Ruiz, vocero del turismo imbabureño.

Danilo Sánchez, presidente de la Cámara de Turismo de Ibarra, añadió que el paro “ya quebró” a numerosos negocios. “No podemos tolerar un día más de paralización… No podemos aceptar que nos impongan el miedo ni que amenacen con tomarse la ciudad de Ibarra”, manifestó, al pedir que el Gobierno y los dirigentes indígenas retomen el diálogo.

Un llamado desesperado

Desde el sector comercial, la advertencia es clara: Imbabura no soporta un día más de aislamiento. Aguilar insistió en que el Ejecutivo debe “tomar una definición inmediata: o reinicia el diálogo o abre definitivamente la Panamericana E35”.

David Guevara, presidente de la Cámara de Comercio de Antonio Ante, advirtió que la recuperación podría tardar años. “Tal vez, con apoyo del Gobierno, podríamos recuperarnos hasta 2030… Si no actúan rápido, esto puede provocar una guerra civil que no la deseamos”, enfatizó.

Los gremios dicen haber intentado comunicarse con dirigentes indígenas locales para coordinar medidas conjuntas, pero afirman que existe desorganización interna. “No sabemos hacia quién dirigirnos, porque ellos mismos han desconocido a sus propios líderes provinciales”, dijo Ruiz.

Los representantes empresariales sostienen que más allá de las pérdidas económicas, las consecuencias sociales son graves: familias sin ingresos, trabajos suspendidos y una sensación generalizada de frustración.

“Están en riesgo 10.000 empleos en turismo y 20.000 en la construcción. Las pérdidas no solo son cuantificables, sino también humanas”, advirtió Aguilar.

Desde Gobierno nacional, a pesar de que se rompieron los diálogos con el sector indígena, han señalado que el despeje de vías en Imbabura es una de las prioridades actuales. Sin embargo, en la provincia ya se pasa el mes de manifestaciones y el hartazgo ciudadano con la situación es cada vez más evidente. (FV)

Fuente: La Hora

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