‘Los grupos criminales hacen cálculos como empresarios’: el fenómeno de la minería ilegal explicado por Julia Yansura

La minería ilegal de oro se ha convertido en la economía criminal más rentable y menos perseguida de América Latina, superando incluso al narcotráfico. Julia Yansura, directora del Programa de Crimen Ambiental y Finanzas Ilícitas en FACT, advierte que Ecuador ya es un punto clave de este negocio.
La minería ilegal de oro se ha convertido en la economía ilícita más rentable y menos perseguida de América Latina.
Mientras el narcotráfico ha sido históricamente el foco de los estados y fuerzas de seguridad, el oro ha pasado a convertirse en el nuevo motor financiero de grupos criminales, muchas veces en complicidad con sectores empresariales y actores estatales.
En entrevista con LA HORA, Julia Yansura, directora del Programa de Crimen Ambiental y Finanzas Ilícitas en FACT, explica por qué el fenómeno se ha disparado, cómo opera, quiénes lo financian y qué países lo alimentan. El caso de Ecuador ocupa un lugar central.
P. ¿Por qué ha crecido tan rápidamente la minería ilegal en América Latina?
La minería ilegal de oro siempre ha sido un problema, pero lo que cambia en los últimos años es el precio del oro y su relación con el de la cocaína. El precio del oro se disparó (ya está en más de $3.000 por onza y puede superar los $4.000), mientras que el de la cocaína se estancó. Esto hizo que la minería ilegal de oro se volviera más atractiva para el crimen organizado. Los policías y militares han enfocado todos sus recursos en el combate al narcotráfico. Eso ha hecho que transportar cocaína sea más riesgoso. En cambio, muchos grupos logran sacar oro ilegal sin ser investigados. Las condenas, si llegan, son menores. En Ecuador, por ejemplo, la minería ilegal empezó a crecer hace unos 10 o 12 años. Sin embargo, gobiernos, periodistas y sociedad civil estamos siempre un paso atrás. Nosotros apenas empezamos a comprender una economía ilícita que ya estaba instalada.
P. ¿Por qué los grupos criminales ven a la minería ilegal como un negocio más rentable y menos riesgoso?
Estos grupos hacen cálculos como empresarios. Piensan: Oro ilegal, bajo riesgo, alta rentabilidad. Son malos, pero son inteligentes. Y si pueden ganar mucho dinero con poco riesgo, van a entrar ahí. En el narcotráfico hay más vigilancia, investigaciones y condenas altas, en minería ilegal los riesgos son mínimos. Muchos logran sacar oro del país sin ser detectados, y si hay condenas, son menores. El oro es de tan alto valor que incluso pagar un vuelo internacional para transportarlo vale la pena. Puedes llevarlo en joyería y si alguien pregunta, dices que es un regalo familiar. Eso, combinado con brechas legales, hace que sea un negocio redondo para grupos criminales.
P. ¿La minería ilegal mueve más dinero que el narcotráfico?
No hay cifras perfectas porque es una economía oculta, pero un estudio del Global Initiative estima que la minería ilegal genera más de $7.000 millones al año solo en Sudamérica. En Perú se estiman unos $4.800 millones al año, y en Ecuador más de $1.000 millones. Creo que la minería ilegal ya genera más dinero que el narcotráfico, al menos en Colombia, Perú y Ecuador.
P. ¿Cómo se logra exportar el oro ilegal desde países sudamericanos como Ecuador?
Hay tres canales. El primero es el uso de viajeros: personas contratadas que llevan oro en sus maletas, mochilas o como joyería. Aprovechan una gran laguna legal: en muchos países se exige declarar más de $10.000 en efectivo, pero no hay obligación de declarar oro, sobre todo si es joyería o lingotes. Eso permite que entren a otros países con maletas llenas de oro sin que nadie los cuestione. Estados Unidos considera este canal como la principal tipología para mover oro ilegal. El segundo canal son los vuelos privados. En países como Venezuela, se usan avionetas pequeñas desde pistas clandestinas en el bosque. Muchas veces ni siquiera hay registro de quiénes son los verdaderos dueños de esos aviones, porque están registrados bajo empresas fantasma”. Y el tercer canal, muy importante en Ecuador, es el uso de exportaciones ‘aparentemente’ formales. El oro ilegal entra en manos de empresas fachada que hacen exportaciones con papeles en regla. Es una vía clave porque deja trazas que la sociedad civil y el periodismo pueden investigar.
P. ¿Qué países son los principales destinos y los beneficiarios del oro ilegal?
No creo que los países se beneficien. Los actores ilícitos sí. Pero los lugares más involucrados son India, China, Estados Unidos, Suiza y Dubái. No están haciendo bien la debida diligencia y eso los hace parte del problema.
P. ¿Cómo se lava dinero a través de la minería ilegal?
Los grupos narcos usan el sector oro como una forma eficiente de lavar dinero. ¿Qué hacen con el dinero sucio del narcotráfico? Es difícil de usar, los bancos hacen preguntas. Entonces invierten en minas ilegales, reciben oro, lo venden, y así convierten dinero sucio en limpio. El oro es una estrategia perfecta para lavar activos. Puedes invertir en efectivo y obtener oro como resultado. Es más limpio, entre comillas, que el efectivo. Luego puedes vender ese oro e integrarlo al sistema financiero. Cuando estos grupos tienen mucho dinero lavado, pueden comprar más armas, pagar por protección, y financiar redes más grandes. La minería ilegal se convierte en una fuente de poder económico, político y territorial.
P. ¿Qué impacto ambiental está generando la minería ilegal en países como Ecuador?
El impacto es gravísimo. Se manifiesta en deforestación, contaminación de ríos con mercurio —muchas veces traficado como contrabando— y consecuencias en la fauna y flora.
Estudios científicos revelan rastros de mercurio en los anillos de los árboles, en jaguares, en delfines de río, y también en la salud humana. Se ha encontrado correlación entre aumento de malaria y mayor actividad minera. Cuando analizas las zonas con mayor nivel de mercurio y malaria, puedes trazar el mapa de la minería ilegal. Y ese mapa también coincide con el deterioro de la vida de las comunidades.
P. ¿Por qué es tan difuso el límite entre minería legal e ilegal?
La línea entre legal e ilegal es muy borrosa. Puedes tener empresas formales que están asociadas con el crimen organizado. También hay mineros informales que intentan hacer las cosas bien. No es blanco y negro. Además, hay relaciones opacas entre empresas, seguridad privada informal, policías, políticos. Es un ecosistema complejo. Un caso en Patás (Perú) involucraba a una empresa de seguridad informal, contratada por una empresa minera informal, que a su vez era proveedor de una mina formal. Incluso había vínculos con la Policía local. Ese caso muestra que las líneas entre sector público, privado, legal e ilegal son mucho más difusas de lo que creemos”.
P. ¿Qué puede hacer el Estado ecuatoriano frente a la escalada creciente de la minería ilegal?
El Gobierno ecuatoriano debe seguir la ruta del dinero. Las estrategias militares, los estados de excepción, las explosiones de maquinaria sirven solo como respuesta de corto plazo. Pero la verdadera riqueza no está en el bosque, está en los empresarios, en las ciudades, en los políticos. Ecuador debe identificar a los beneficiarios finales de las empresas involucradas en el oro. Eso es parte de las recomendaciones del GAFI. Ecuador ha empezado a implementarlo, pero necesita acelerar y hacerlo con más fuerza, sobre todo en el sector minero. Un caso grande, bien investigado, con condenas firmes enviaría un mensaje muy potente. Eso no toma 20 años. Tal vez tres o cuatro. Y sería mucho más efectivo que cualquier operativo espectacular sin consecuencias reales.
P. ¿Sirven las acciones de corto plazo como militarizar zonas o declarar estados de excepción?
No deben ser la única respuesta. En muchos países los gobiernos solo tienen estrategias de corto plazo: mandar militares, declarar estado de excepción, destruir maquinaria amarilla. Pero eso no resuelve nada si no hay un plan estructural. Hay una presión social por soluciones rápidas. Eso empuja a los políticos a tomar decisiones populares pero ineficaces. ¿Qué va a pasar en tres años si no hay un plan a mediano o largo plazo? Vamos a estar igual o peor. Incluso una sola condena bien llevada contra una red minera ilegal mandaría un mensaje muy fuerte. Pero eso requiere voluntad, instituciones sólidas y paciencia. No podemos seguir actuando como si las soluciones inmediatas fueran suficientes para un problema que lleva más de una década creciendo.
P. ¿Qué papel juega Ecuador en el tráfico internacional de oro ilegal?
El caso de Ecuador es particularmente complejo. Se ha convertido en una plataforma de exportación muy importante, porque el oro ilegal muchas veces sale a través de procesos formales y empresas fachada que operan con aparente legalidad. Esto genera una falsa sensación de formalidad y dificulta el rastreo de las operaciones ilícitas. Ecuador tiene un problema con empresas fantasma y de fachada que, según reportajes e investigaciones, están exportando oro ilegal. El Gobierno debería saber quiénes son los verdaderos dueños de estas empresas, exigir más información y aplicar estándares de transparencia que ya existen a nivel internacional.
P. ¿Qué relación existe entre minería ilegal y violencia?
La minería ilegal genera tanto dinero que parte de esas ganancias se usa para financiar violencia. Los grupos tienen más dinero para comprar armas, controlar territorios o contratar protección. Lo estamos viendo en Ecuador, en Colombia, en Perú. Y también ocurre algo más preocupante: la minería ilegal se usa para lavar dinero de otras economías ilícitas, como el narcotráfico. Entonces no solo genera violencia directa, sino que también financia otras estructuras criminales. (JS)
Fuente: La Hora