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Consulta popular: ¿un proceso electoral sin debate social en Ecuador?

El presidente Daniel Noboa marcó diciembre de 2025 como fecha tentativa para que se lleve a cabo la consulta popular, pero aún no hay definiciones sobre qué temas y cuántos se incluirían en ese proceso. Los analistas ven necesario que exista una socialización oportuna.

«A finales de año preguntaremos a la población en un referéndum si desean que la base estadounidense regrese a la ciudad de Manta«, anticipó el presidente de la República, Daniel Noboa, en una entrevista con periódico italiano Corriere della Sera, el 7 de julio de 2025.

Ese proceso electoral es parte del procedimiento que inició el 3 de junio con la aprobación de la reforma parcial para permitir el establecimiento de bases militares extranjeras, algo que está prohibido en la Constitución vigente desde 2008.

Por otro lado, en la Asamblea Nacional aún se tramitan las reformas a los artículos 110 y 115 de la Constitución para eliminar el financiamiento estatal y la promoción electoral para organizaciones políticas.

El Gobierno también busca que el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) sea eliminado, según anunció Carolina Jaramillo, vocera del Gobierno.

De forma extraoficial se habla que serían 10 las preguntas para la consulta popular, pero no hay más temas confirmados. Jaramillo indicó el 11 de julio que “el número de preguntas aún no está definido”. Tampoco informó sobre los mismos. Ofreció comentar sobre el asunto este 14 de julio, en la rueda de prensa semanal.

Efectos de una consulta sin debate previo

Medardo Oleas, constitucionalista y expresidente del extinto Tribunal Supremo Electoral, menciona que una consulta popular debe ser conocida ampliamente por los ciudadanos para que puedan dar una opinión favorable o no favorable.

“Si no conocen, la opinión puede ser distorsionada o malinterpretada o, más aún, inducir al voto con preguntas que no sean las que constan en el texto. Si queremos actuar con transparencia, debemos señalar con la debida anticipación cuáles son las preguntas, su contenido y su alcance para que tengan validez”, sugiere.

Explica que, si la ciudadanía es inducida a votar por “alguna cosa que no es real”, no va a surtir los efectos que Noboa percibe como objetivo de la consulta popular.

“Será negativo para el Gobierno porque el ciudadano se va a sentir engañado al ver que el producto de una consulta no tiene valor, trascendencia, no modifica los esquemas caducos que tenemos. Es peligroso utilizar la consulta para dar un respaldo ciudadano a la gestión de Gobierno”, expone.

Considera que una consulta no debe versar sobre temas que el Gobierno puede gestionar con políticas públicas o con reformas a la ley, desde la Asamblea. “Si el interés es utilizar la consulta para un respaldo ciudadano sería un grave error”.

Advierte que se deben considerar las necesidades reales del país. “Por ejemplo, la necesidad más urgente es cambiar esta Constitución que nos causa tantos problemas, si queremos actuar con claridad frente a la historia, frente al desarrollo del país, el Presidente debería consultar al pueblo ecuatoriano si está de acuerdo en que se cambie la Constitución actual y se ponga en vigencia la de 1979”, sugiere.

Precisa que con ese cambio se regresaría a tener solo tres poderes del Estado y quedaría eliminado el Cpccs.

Menciona que hay otros temas que están siendo rezagados y que deberían ser considerados en la consulta y el debate: la democracia y las organizaciones políticas; los sistemas de justicia, educación y salud.

A su criterio, en el país no funciona la democracia porque hay muchas organizaciones políticas, pero la solución no es eliminarlas. “Permitir que las organizaciones tengan el suficiente respaldo dentro de un esquema institucional para que se desarrollen, capaciten a sus afiliados, sean tanques de pensamiento, no solamente hacerlos desaparecer”.

“Debería aprovechar para hacer un verdadero cambio en la justicia. Nadie dice nada sobre la educación. Si realmente queremos afrontar los problemas del país, tenemos que hacerlo con transparencia”, recomienda.

Celec (Corporación Eléctrica del Ecuador), Petroecuador deberían desaparecer y permitir que haya inversión extranjera para el desarrollo de la energía eléctrica, el petróleo. Son temas tabúes que nadie quiere discutir, aprovechen en una consulta”, exhorta.

En una encuesta de Imasen, de junio de 2025, el 58,4% de los consultados opina que el Gobierno está haciendo todo lo que puede para atraer inversión extranjera al país. Y el 72,2% cree que es necesario crear un mecanismo que garantice el tipo de inversiones que vienen al país.

Necesidad de una campaña de socialización

Para Alfredo Espinosa, analista político y electoral, el hecho de que la consulta popular no se socialice genera la sospecha de que “la mesa chica del Gobierno será la que decida sobre el destino de la institucionalidad del Estado y las relaciones del contrato social que van a tener los ecuatorianos”.

Estima que lo más idóneo es que el Gobierno por lo menos dé a conocer los temas. “Que exista mayor debate, que se puedan incorporar temas de la sociedad civil”.

Pero si no se socializa el contenido de la consulta habría dos escenarios. El analista parte de que los electores votan de dos formas: por lealtad partidaria y por el rendimiento del Gobierno.

Explica el primer escenario: “Si Noboa hace una consulta popular habrá mucha gente no informada que votará básicamente por él y en cierta medida por el partido (ADN), no por el contenido de la consulta. Eso es grave porque seguimos alimentando una sociedad desinformada que desconoce los temas que le conciernen. Eso es prácticamente entregar un cheque en blanco al Gobierno”.

El segundo escenario es que si Noboa no explica o explica tarde los contenidos de la consulta la gente no evaluará la propuesta, los anexos, la pregunta, sino que va a evaluar el rendimiento del Gobierno en cuanto a seguridad, por ejemplo. Así, la consulta popular se convertirá solo en un espacio plebiscitario para el Gobierno.

Si al contrario el Gobierno genera una campaña de información propositiva, puede alcanzar la aceptación de las propuestas y que la misma ciudadanía las impulse, si es que están dentro de lo que le preocupa, resalta Espinosa.

Los tres problemas principales para la ciudadanía, según la encuesta de Imasen son: delincuencia (para el 7,7% de encuestados), narcotráfico (49,5%) y la falta de empleo (40,9%).

“En diciembre la gente piensa en todo, menos en una elección, esto puede acarrear problemas de carácter comunicacional y de carácter político”, menciona. Sugiere realizar la consulta midiendo los tiempos de los ciudadanos. Eso implica arrancar con la socialización del contenido a más tardar desde septiembre de 2025, recopilar aportes de distintos sectores y hacer la consulta a partir de febrero de 2026, apunta.

Espinosa sugiere considerar en la consulta temas sobre los requisitos para ser candidatos de alto perfil a cualquier dignidad, como demostrar la probidad notoria, y que se plantee un Parlamento bicameral.

En diciembre podrían coincidir el referéndum y la revocatoria del mandato del alcalde de Quito, Pabel Muñoz, y habría complicaciones para el correísmo, evalúa Espinosa: “La gente votaría no solo por la propuesta de Noboa, sino que votaría en contra de Muñoz. Va a ser un golpe de efecto muy fuerte para el correísmo. Se va a liquidar electoralmente a otro de sus cuadros y se va ampliar más este proceso de descomposición en el que se encuentra el correísmo. Posiblemente la intención sea esa”. (KSQ)

Fuente: La Hora

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