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Ser cool, un modelo definido por la globalización

Independientemente del país o la cultura, una persona ‘cool’ podría definirse como extrovertida, hedonista, aventurera, entre otras características. ¿Cómo ocurre el consenso cultural sobre este término?

Para entender un poco mejor el concepto ‘cool’, es importante comprender que en un individuo existen atributos que definen su accionar y, sobre todo, su naturaleza. Esto, consecuentemente, influiría en el establecimiento de jerarquías y prácticas sociales.

Para Alberto Feijoo, sociólogo, especialista en Estudios Interdisciplinarios Latinoamericanos y docente investigador de RRII de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), desde la segunda mitad del siglo XX existió un cambio determinante en cuanto a los factores sociales que definen los atributos de las personas. Este cambio se debió principalmente a las industrias culturales de la imagen de realización, tanto masculina como femenina.

Un estudio realizado por la American Psychological Association determina seis rasgos específicos de una persona ‘cool’: extrovertida, hedonista, poderosa, aventurera, abierta y autónoma. El estudio ‘Cool People’, que se publicó en la Journal of Experimental Psychology, se realizó a partir de 5.943 encuestados en 12 paîses (Australia, Chile China, Alemania, India, México, Nigeria, España, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía y Estados Unidos). Los resultados demostraron que, a pesar de encontrarse en distintos países, la percepción de ‘cool’ era muy similar.

“La imagen que se demuestra es de alguna manera un ‘role model’ o modelo a seguir”, explica Feijoo, que se puede comparar con una especie de mesías o héroe. De esta manera, el concepto estaría ligado también al poder, la aventura, la intrepidez, y desligado de los espectros normativos o tradicionales de la sociedad y de los intereses de la comunidad.

¿Cómo influye la globalización?

La cultura mediática y la tecnología juegan un papel fundamental en la generación de un concepto. Según Feijoo, hay dos puntos importantes que considerar entre la modernidad y la globalización, siendo la primera la que fija el escenario para la reproducción del individuo, y la segunda la que permite la interconexión de este escenario.

Es así como la tecnología “permite que se pueda hablar bajo los mismos códigos”, explica. Hoy en día, las personas tienen la posibilidad de reproducir, conversar y ver lo mismo, lo cual luego es aplicado no solo en la virtualidad sino también en la presencialidad.

¿Cómo ha evolucionado el concepto de ser ‘cool’?

El especialista explica que en décadas pasadas del siglo XX el ser ‘cool’ estaba más vinculado a un significado revolucionario e incluso militante como una forma de “desapegarse de la guerra”. En la actualidad, al contrario, ser ‘cool’ estaría totalmente desligado del poder político.

Sin embargo, un punto importante es el relacionamiento jerárquico que se establece en torno a este concepto. Al considerar a la persona ‘cool’ como un modelo a seguir, pasa de ser una cuestión de moda y se convierte en una cuestión de carácter. Esta ‘puesta en escena’ entonces no impulsaría valores ni una autenticidad, sino una capacidad intuitiva de las personas por querer ser ‘cool’ y copiar ese espacio. Este concepto, que nace como un ‘status quo’ otorgado a quienes inspiran cambios, los vuelve también más propensos a persuadir a otros para cambiar, según el estudio.

A nivel de Ecuador, explica Feijoo, la influencia no se aplicaría en su totalidad dentro del concepto de ‘universalidad cultural’ que abarca el estudio. Esto quiere decir que, al ser un espacio social fragmentado y no estar plenamente industrializado, se conjugan diversas fuentes culturales. De esta manera, el ser ‘cool’ estaría ligado a espacios con ingresos altos, con educación, entre otros factores determinantes.

Ser ‘cool’ vs. ser bueno, ¿cómo influye esto en las prácticas sociales?

A pesar de que ambos términos comparten aspectos y rasgos positivos, existe un consenso cultural y social sobre sus diferencias, sobre todo en la más importante: la responsabilidad moral. Una persona ‘cool’ representa un modelo a seguir guiado por lo estético, mas no por un enfoque en los valores morales.

En el estudio se define a la persona buena como conforme, tradicional, segura, cálida, agradable, universalista, concienzuda y tranquila. Un individuo con estas características tiene valores, puede ser corresponsable con su entorno, e incluso retoma la idea de generar comunidad.

Entre los resultados principales del estudio explica que el hecho de que estas personas consideradas como ‘cool’ sean vistas con un perfil similar a nivel global, enfatizando en que estos atributos son ‘cool’ y no necesariamente ‘buenos’, “refuerza la idea de que la ‘coolness’ es un concepto significativo que puede ayudar a explicar cómo las personas comprenden, ordenan y estructuran su mundo social”. (CPL)

Fuente: La Hora

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